martes, 31 de agosto de 2010

CRONICA DE MARILYN

En un año de pocas presentaciones, creció la expectativa por ver a El Fondo No Fisura. Los que se acercaron a Marilyn el sábado pudieron sacarse las ganas y disfrutar de un show renovado.

Cerca de las 02.00 se apagaron las luces y empezó a sonar la novena sinfonía de Beethoven, sí leyó bien, a modo de presentación y creando un clima de sorpresa entre los presentes, la música clásica le dio pie a la base de bajo y batería para que comience a sonar Escapando. Siguió la base rockera para pegar Rock para el Negro Atila, primer cover de la noche que hizo bailar a todos. Apenas un respiro, un saludo de “buenas noches”, y Pies de Plomo empezó a sonar, y confirmó que ya está instalado entre la gente pese a no estar grabado.



Desde la strato de Nicolás Zárate se hicieron sentir los acordes de Mal, cantado sólo por el público en el final. No sé cómo, fue presentado como tema nuevo, con introducción de vientos, a cargo de Damián Sánchez en trompeta y Lucas Amaro en saxo, y con aires de reggae fluyendo hasta un estribillo denso y tan contundente como el solo de guitarra que despide la canción. Llegó el turno de Seguridad para quiénes?, intro instrumental mediante, sonó una sirena de esas que indican presencia policial, para desatar un tema bien representativo de la banda; enganchada en el final sonó No tan distintos, el clásico que dejó Luca para ser coreado eternamente.

Promediando el show se hizo oír desde abajo el aliento a Rubén Martínez, baterista original de la banda, al grito de “y dale Ruby, dale, dale Ruby…”, con acompañamiento de la banda y en forma de bienvenida para su regreso a los escenarios. Se rockeó con Calles, un viejo tema en una versión diferente. Se apagaron las luces y se escuchó un discurso del Che Guevara para iniciar así un infaltable tema: Contradicciones, que en su versión en vivo lleva a Lo quiero ya en el medio. Juan Pablo Sandoval anunció que se venía una “del loco Manu Chao” y ese fue el momento de Mala Vida. Se acercaba el final y con Silbando Bajito en su versión remozada se hicieron sentir los nuevos arreglos de vientos y voces.



Luthier de tus heridas, con el bajo de Fernando Rotondi al frente y la percusión a cargo de Claudio “Cachorro” Carreño, provocó un “trencito” en el que también participaron los músicos, en el medio de la canción se interpretó un fragmento de Mal Bicho. “Una más y no jodemos más…” se gritaba y por supuesto la banda volvió a escena para hacer el último de la noche: Algo nos pasó. Como siempre cerca del final el público agachado y cantando casi a capela, llama la atención de aquellos que ven a la banda por primera vez, para luego desencadenar en un pogo con revoluciones a mil.

Así se despidió la banda hasta dentro de algunos meses, ya que se guardaran para darle forma a lo que será el nuevo disco. El 2010 tendrá su despedida correspondiente, allí se volverá a convocar a aquellos que saben que “sigue intacto el sentimiento”.

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